miércoles, 6 de abril de 2011


Mi amor es absoluto, blanco y negro, bien o mal, lindo o feo, como los nenes. Me querés o no me querés, no hay medias tintas. Tus grises te los inventaste vos. O estás conmigo o estamos separados. O estoy con vos o estoy sola. O estoy con vos o estoy muerta. No estoy 'más o menos', no existen ni el más ni el menos. No entiendo 'te quiero pero no podemos estar juntos', no entiendo 'es complicado'.
Si hoy alguien se da cuenta de que estoy todavía viva, si hoy alguien me preguntara cuál es mi sueño, respondería: mi sueño es pasar un día de mi vida sin llorar, sin querer desaparecer. ¿Cómo puedo pensar en mi futuro si ni siquiera estoy segura de mi presente y aborrezco mi pasado? ¿Es tan loco lo que digo? ¿Cómo puedo pensar en lo que voy a hacer en un mes si ni quiera sé si voy a estar viva? ¿Vos sabés lo que cuesta tener que despertarse cada día? ¿Llegas a entender el concepto de la muerte en vida? Mi amor es absoluto: o vos o nadie. Y basta.
Yo creo que el amor, como el deseo, no se pueden distinguir de la obsesión, son casi lo mismo. Conozco parejas de novios que juran estar muy bien, pero cuando rompen siguen con sus vidas. ¿Cómo? ¿No se amaban tanto? ¿Cómo pueden seguir viviendo si se amaban tanto? Entonces no se amaban. Decían que se amaban. Mentían. Exageraban porque se lleva, queda bien decir que uno ama a alguien, pero no amaban una mierda. Siguen sus vidas como si hubieran dejado una banda, o un grupo de estudio en la facultad, ¡no como si hubieran dejado al amor de sus vidas! Y esto me da una pauta: hay distintos grados de amor. Yo amo en el Grado Primero, en el más grave, aquel del que no se vuelve. Uno no puede enamorarse y romper y seguir con su vida. Por lo menos yo no puedo. Sí, puede que sea obsesiva. Sí, puede que hasta me traten de enferma, pero lo otro no es verdadero amor. No me jodan.

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